Al principio mi impresión fue de nerviosismo que se fue atenuando cuando ya me adapté a todo. Al final fue de intensa felicidad y mucha pena cuando acabó la estancia.
Respecto al alojamiento nos tocó una familia maravillosa que nos cuidó muy bien y nos integró en su núcleo. Muy abiertos, divertidos y amables. Respecto al curso, los profesores fueron excelentes, aprendí mucho. Las clases eran amenas y variadas y en absoluto, aburridas.
He conocido a otros estudiantes de diversos países, todos muy majos. Hicimos un grupo muy bonito, salíamos juntos por las tardes y el fin de semana y, aunque la gente iba variando en función de los días de su estancia he mantenido el contacto por facebook con la mayoría.
He notado una mejora de mi nivel de inglés, tanto hablado como escrito; una mayor soltura, sobre todo en las expresiones coloquiales del día a día.
Mi consejo para aquello que quieran hacer este curso es que se tome sus primeros días para situarse y adaptarse, que pregunten, que se relacionen con toda la gente que puedan y que no se lo piensen dos veces antes de decidirse.
Es una experiencia muy enriquecedora a nivel personal que no vas a olvidar. Aparte, naturalmente de que se aprende mucho el idioma (cuantas más semanas, mejor). Yo tengo solo 16 años y me ha servido para espabilarme y adquirir una mayor autonomía y aprender a resolver las dificultades del día a día sin la protección y seguridad de mis padres. Muy recomendable.
Marta Pascual- 16 años Cork English College – Irlanda