La llegada por mis propios medios al alojamiento se ha hechos sin problemas. Uno de los mayores intereses del curso ha sido conocer estudiantes de todas las edades y todas las nacionalidades, tanto en la escuela como en el alojamiento. Tengo 58 años y nunca había ido solo al extranjero, tampoco tenía la necesidad de aprender italiano, sin embargo ha sido de las mejores experiencias que he tenido. La escuela ha sido formidable, los cursos son de gran calidad: entretenidos, con mucha libertad para hablar, juegos en grupo, videos, etc. Mi sentimiento al principio del curso fue del tipo ¿que hago yo en este lío?El programa de mayores de 50 en el que me he inscrito ha sido sin decepciones: buenas clases, buenos compañeros y buenas actividades curlturales. Entiendo mejor el italiano y hablo con menos miedo. Encontrarse sola en un país extranjero es algo muy beneficioso a nivel personal. Mi satisfaccion es plena, estoy deseando hacer otro curso.
Maria Rosa – 58 años – Escuela: Italian language school
